En este post te voy a contar el día a día de mi experiencia en el trekking al Campo Base del Everest en Nepal y todo lo que sentí en esta aventura que va a quedar para siempre en mi corazón.
También escribí una Mega Guía con información práctica que hay que saber si planeas un viaje al Campo Base del Everest, y la podés leer acá.
Caminar 12 días entre las majestuosas montañas de los Himalayas, con frio, viento, falta de oxígeno, fatiga, cansancio, durmiendo mal, fue una experiencia que, aunque suena terrible, fue transformadora.
Subir al Campo Base del Everest es como sumergirte en una profunda meditación: te permite conectar con vos misma con tanta naturaleza alrededor, te invita a estar presente en cada paso, a sentir cada respiración y a estar plenamente consciente de tus pensamientos y emociones. Te sentís tan pequeña e insignificante ante tanta majestuosidad.
Es un viaje más interno que externo, en donde te enfrentás a tus propios límites físicos y mentales. Aprendés a aceptar los desafíos y las dificultades con tranquilidad y paciencia ya que la montaña elige por vos. No hay nada que puedas hacer. Si hay mal clima, si llueve, si hay nieve, si te agarra mal de altura, todos son factores que no podés controlar. Así que simplemente tenés que aceptarlos y dejarlos ser.
Como verás, esta experiencia fue mucho más que un simple trekking. Fue un desafío muy grande en donde me di cuenta de que los límites que nos imponemos a nosotros mismos no son más que una ilusión.
Seguí leyendo para leer el día a día de mi viaje al Everest.
Bueno, ahora si…¿Cómo empezó toda esta historia?
No puedo recordar específicamente cuándo se se metió esta idea en mi cabeza, pero desde hace muchísimo que quería hacer trekking por los Himalayas. Por un motivo u otro, no se daba, no era el momento, no tenía suficiente tiempo o dinero. Hasta que a principios de 2022 me prometí a mi misma que iba a hacerlo en Abril de 2023.
Para lograr el objetivo, tuve que hacer varias cosas para cambiar la forma en la que estaba viviendo.
El primer paso fue renunciar a mi trabajo en Holanda, para tener libertad completa para hacer lo que quiera y ninguna presión de volver en determinada fecha.
El segundo paso fue conseguir trabajo remoto y volverme una nómada digital para poder viajar y trabajar desde cualquier parte del mundo.
Y el tercer paso fue averiguar sobre agencias de trekking, hablar con gente que ya había hecho el trekking, buscar información en internet y comprar mi vuelo a Nepal.
La llegada a Katmandú, Nepal
Llegué a Katmandú un 1 de Abril luego de un corto vuelo desde Dubai.
Cuando el piloto dijo que durante el vuelo íbamos a tener los Himalayas a nuestra izquierda, se me llenaron los ojos de lágrimas. Había soñado tanto con ir a los Himalayas que no podía creer que estaba llegando.
De hecho había pagado extra para tener un asiento en el lado izquierdo del avión, en la ventanilla. Lo único que no me había dado cuenta es que viajaba de noche y ¡no se veía nada! jaja pero bueno, igual sentí la energía de las montañas ahí cerca.
Una vez aterrizada, pasé por migraciones, pagué una visa por 90 días (USD 125) , pensaba quedarme en Nepal mucho tiempo. Compré una SIM CARD de Ncell (proveedor de teléfono) para tener internet, y tomé un taxi hasta mi hotel.
Llegué como a la una de la mañana y las calles de Thamel, el barrio mas turístico de Katmandú, estaban totalmente desiertas. Apenas pude encontrar mi hotel que estaba metido en un pequeño callejón, pero gracias a la ayuda del taxista, lo encontré.
Mi primera impresión de Katmandú es que es UN CAOS. Tráfico que da miedo, motos que pasan a escasos milímetros de tus pies. Casi no hay veredas por lo que hay que caminar por la calle junto con las motos, los autos, las bicicletas que transportan pasajeros, los peatones, y los vendedores ambulantes.
Es una ciudad sucia, ruidosa, hay que usar tapabocas porque el aire está muy contaminado. Los cables de electricidad enredados cuelgan de los postes de luz y forman una obra de arte caótica.
Es una ciudad intensa sí, pero absolutamente FASCINANTE.
Logré encontrar belleza en medio de ese caos y debo decir que Katmandú me encantó.
Los días siguientes en Katmandú, me encontré con Arjit, el dueño de la agencia con la que organicé el Trekking. Fuimos a buscar algunas cosas que me faltaban como los bastones, la mochila para el guía-porter, y la bolsa de dormir (para -10 grados…sí, hace frío ahí arriba). También fuimos a cenar a un lugar típico con baile cultural nepalí.
Aproveché esos días para explorar Katmandú, visitar los templos más famosos, sumergirme en el hinduismo y el budismo, y perderme por las estrechas calles de Thamel.
Finalmente, llegó el día esperado para volar a Lukla, el punto de partida de mi gran aventura en el Everest.
Día 1: Katmandú - Lukla - Phakding
La noche anterior apenas pude dormir. El vuelo a Lukla me tenía nerviosa desde el día que decidí hacer el trekking al Campo Base del Everest.
Lukla es uno de los aeropuertos más peligrosos del mundo, por el lugar en el que está situado. En este post pueden leer más sobre este aeropuerto y por qué es tan peligroso.
Me “desperté” a las cinco y media, terminé de cerrar mi mochila que la había preparado la noche anterior, y fui al aeropuerto, feliz de que Arjit me había conseguido un vuelo desde Katmandú y no desde Ramechhap (que es desde donde salen los vuelos a Lukla en temporada alta), porque sino tendría que haberme ido a la medianoche en transporte 5 horas hasta el otro aeropuerto.
A mi equipaje lo dejé en el hotel. Todo el mundo deja el equipaje en el hotel sin costo alguno y sin problemas. Incluso me guardaron mi laptop y otros objetos frágiles en un lugar más seguro para que no se aplaste en la maleta.
Una vez que llegué al aeropuerto de Katmandú me di con la noticia que mi vuelo estaba demorado 2 horas. Igual no me sorprendió. Es súper común que los vuelos se demoren por la mala visibilidad que hay en la montaña.
En la espera conocí a una persona súper inspiradora, nos quedamos charlando y el tiempo pasó rapidísimo.
De repente estábamos embarcando, subiendo al minibus que nos llevaba al avión.
En el minibus tuvimos que esperar un poco más, pero aprovechamos para conocernos entre todos los que viajábamos.
Había un par de israelíes muy divertidos, un padre e hijo australianos, una pareja de EEUU, una chica de Polonia y un Italiano y su guía.
La avioneta tiene sólo 14 asientos para pasajeros.
Una vez arriba, los nervios se hacían más presentes, pero entre risas y bromas con el resto de los chicos, se fueron disipando.
Si querés ver las historias destacadas de instagram del vuelo a Lukla y del Trekking al Campo Base del Everest, y vivir el momento a momento haz click acá.
Por fin despegamos. El vuelo fue tranquilo salvo por un par de sacudidas inesperadas que me hicieron temblar del miedo. El día estaba increíble y el cielo no tenía ni una nube.
En menos de 30 minutos llegamos a Lukla, que está a 2860 metros sobre el nivel del mar. Desde ahí comenzaba el trekking al Everest.

La verdad que la pista de aterrizaje/despegue de Lukla daba miedo. Es super corta y está encajada en las montañas, con un precipicio de un lado y un muro del otro. No hay margen de error para los pilotos.
Tenía un alivio inmenso que ya habíamos aterrizado sanos y salvos. Prueba uno superada.
La segunda prueba que me tenía un poco preocupada era la altitud. Nunca había estado en una altitud mayor a 4000 metros, y no tenía ni idea de cómo mi cuerpo iba a reaccionar a 5400 metros de altura (la altura del campo base del Everest). Pero bueno, ese era problema para más adelante.
Mi guía me estaba esperando en Lukla. Retiramos las mochilas (la que iba a llevar él y la mía para el día), y fuimos a una Tea House a tomar un té antes de salir.
Todos los alojamientos en la zona del Everest y de los Himalayas en general son Casas de Té. Las mismas también tienen un restaurant donde podés desayunar, almorzar y cenar.
Estas casas de té son modestas y no disponen de calefacción. Aunque te brindan una frazada para combatir el frío durante la noche. Lo mejor es llevar tu propia bolsa de dormir, ya que en altitudes más elevadas necesitarás ambas: la frazada y la bolsa de dormir, además de vestirte con todas las capas de abrigo que tengas.
Un rato después, emprendimos nuestra caminata hacia Phakding, que resultó ser bastante llevadera.
En el camino, pasamos por un punto de control donde se verificaba que tuviéramos el permiso necesario para realizar el trekking.
El sendero iba mayormente en descenso, lo que nos permitió avanzar rápidamente.
Sin duda, el mayor desafío de ese día había sido el vuelo hacia Lukla.
Hicimos una parada para almorzar en otra Casa de Té, disfrutando del solcito y admirando el impresionante paisaje de bosques y montañas que tenía frente a mí.
Seguimos camino cruzando varios puentes colgantes hasta llegar al encantador pueblito de Phakding. A medida que avanzábamos, los rododendros adornaban el camino con su hermoso color fucsia, sumándole aún más belleza al trayecto. Los rododendros son la flor nacional de Nepal.


Una vez en la Casa de Té, me dieron la habitación, tenía un baño para mi sola lo cual es un lujo. Pero esa fue la única casa de té con baño privado.
Phakding está emplazado al lado de un río hermoso que baja de los Himalayas.
Todavía era temprano (alrededor de las 4 PM) así que me fui a sentar un rato frente al río y a agradecer a la vida por estar ahí por estar cumpliendo ese sueño que tenía hace tanto tiempo.
Gratitud infinita.

Después fui a caminar un poco por el pueblo, porque todavía me quedaba un poco de energía.
La cena fue Dal Bat, una comida típica nepalí. El lema del Dal Bat es: 24-hour energy. Es una sopa de lenteja, con arroz, con papas con curry, a veces te dan un poquito de ensalada también y alguna que otra cosa más. Es una bomba y la comida perfecta para ingerir durante el trekking al campo base del Everest, porque te da un MONTÓN de energía.
Lo mejor es que cuando se te acaba el arroz, o la sopa, o lo que sea, vienen y te ofrecen más. Así que nunca te quedás con hambre.
Leí un poco en mi kindle y me fui a acostar a eso de las 9 de la noche. Los tiempos en la montaña son otros: te acostás temprano y te levantás temprano.
RECAP DEL DÍA 1:
- Recorrido: Lukla – Phakding
- Tiempo: 3 horas
- Distancia: 8.2 km
- Desnivel positivo 277 m
Día 2: Phakding a Namche Bazar
El despertador sonó a las 6:30 AM como todos los días durante el trekking. Dormí como una reina. Cargué mis dispositivos electrónicos (en Phakding era gratis)
Desayuné en la Tea House y partimos hacia Namche Bazar.
Otro día mágico, de sol. Los picos nevados del Himalaya se veían a lo lejos y sobresalían entre las montañas de bosques verdes que cubrían el terreno.
Pasamos por varios puentes colgantes que cruzaban el río. Varias veces tuvimos que esperar a que grupos de Yaks (animales típicos de la zona del Himalaya) pasen por el sendero, ya que no había lugar para todos.
Caminamos por varios pueblitos. Entramos al Parque Nacional Sagarmatha, que contiene parte del Himalaya y la mitad sur del monte Everest.
Luego de una parada a almorzar, pasamos por el Hillary Bridge, el último puente colgante antes de llegar a Namche.


A partir de ahí todo fue subida. Una subida bastante empinada por unas escaleras de piedra.
En una parada a descansar, mi guía me dijo: Mirá…ese es el Everest.
Wow.
A pesar que solo se veía el pico detrás de otra montaña, fue un momento mágico. Estaba frente al mismísimo Everest, la montaña más imponente y desafiante del mundo.
Fue en ese momento que caí que estaba en un territorio sagrado, caminando entre los Gigantes de la Tierra. Me encontraba frente a la montaña que ha sido testigo de tantas expediciones, sueños, desafíos y también tantas muertes.
Seguimos subiendo y subiendo hasta que por fin llegamos a Namche Bazar, el último “pueblo” antes de llegar al Everest.

Namche Bazar es un pueblito hermoso encajado entre las montañas nevadas. Tiene un montón de tiendas y negocios por si te olvidaste de comprar algo para tu trekking, y los precios no son tan caros como uno se imaginaría.
Ahí me iba a quedar 2 días, ya que iba a hacer un día de aclimatación, lo cual es sumamente importante para evitar sufrir de mal de altura.
Aproveché para ducharme porque no sabía cuándo iba a ser la próxima vez que iba a poder hacerlo. La ducha costaba algo así como 5 dólares.
RECAP DÍA 2
- Recorrido: Phakding a Namche Bazaar (3440 m)
- Tiempo: 7 horas
- Distancia: 10.9 km
- Desnivel positivo 1215 metros
- Elevación de Namche Bazar: 3440 metros sobre el nivel del mar
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Día 3: Aclimatación en Namche Bazar
Ese día no desayuné en la Tea House sino que pedí un sandwich para llevar y con mi guía fuimos a hacer el trekking de aclimatación al hotel Everest View a 3880 metros.
La subida era una pendiente prácticamente vertical. En Nepal no existen los zig zags. Tenía que parar bastante seguido a recuperar el aire. Pero poquito a poco llegamos al viewpoint en donde desayunamos. Estaba agradecida que habíamos salido tan temprano porque no había nadie más (partimos a las 7:30 AM). Cuando estábamos bajando, estaban todos subiendo y había muchísima gente.
El paisaje era hermoso, rodeado de montañas nevadas. Una vez más, se veía el pico del Everest sobresaliendo atrás de otras montañas.
El Everest pocas veces se deja ver en todo su esplendor. Los mejores lugares para ver un poco más del Everest son Kala Phattar y Gokyo Ri, pero en el Trekking al Campo Base del Everest, no se ve mucho más que el pico.
Después de disfrutar de sentarnos bajo el sol a admirar los paisajes, empezamos a bajar.
En la Tea House aproveché para dormir un rato porque la noche anterior no había pegado un ojo.
En Namche Bazar hay un Irish Pub que está buenísimo. Tienen mesa de pool, metegol, sirven cerveza y pizza riquísima.
Fui un rato al bar con los chicos que había conocido en el vuelo a Lukla. Era gracioso porque todos nos volvíamos a encontrar en los distintos lugares.
Jugamos al pool, al metegol, nos divertimos un montón y a pesar que me moría por tomar un vaso de cerveza no lo hice porque dicen que no es bueno si vas a subir a mucha altura. Yo quería evitar el mal de altura a toda costa así que me entretuve con té de limón.
De vuelta en la Tea House, cené Dal Bat, jugué a las cartas con uno de los chicos y me fui a dormir.
Es importante llevar cartas, un libro, un cuaderno para escribir o algo porque se pasa mucho tiempo en la casa de té y podés llegar a aburrirte si no tenés nada para entretenerte.
Ese era el último día con enchufe y con 4G. A partir de ahí casi no tenía señal de teléfono y había que pagar para cargar tus cosas.
RECAP DÍA 3
- Recorrido: Aclimatación en Namche – Trek al Everest View Hotel
- Tiempo: 3 horas
- Desnivel Positivo: 440 metros
- Altura máxima alcanzada: 3880 metros.

Día 4: Namche Bazar a Deboche pasando por Tengboche
Después de un rico y potente desayuno, partimos a eso de las 7:30 AM. Por suerte la noche anterior había dormido mucho mejor así que tenía todas las energías.
El camino era hermoso. A lo lejos se veían las montañas nevadas. Pasamos por un par de Stupas que sumaban tanta magia al lugar.
Hicimos una parada para tomar té en un lugar increíble.


A partir de ahí me empecé a tomar muy en serio el tema de la hidratación ya que una de las formas de evitar el mal de altura es tomando entre 3 y 4 litros de agua por día. Así que cada vez que podía, tomaba agua, té, lo que sea. Me propuse haber tomado 2 litros de agua antes del almuerzo.
Como te imaginarás, el agua durante el trekking al Campo Base del Everest no se puede tomar ya que no es potable. Y creeme que no querés estar mal del estómago durante el trek.
La mejor forma de purificar el agua es con unas tabletas purificadoras que podés conseguir en Katmandú. 50 Tabletas cuestan 2 dólares y te van a servir para todo el trekking. Con una tableta purificás un litro de agua. Simplemente tenés que poner la tableta en la botella con agua y esperar media hora. Y listo: no gastás dinero extra en agua y lo mejor, no contaminás el ambiente con botellas de plástico.
Paramos a almorzar en un lugar frente al río.
La segunda parte del camino fue todo subida. Subimos y subimos por el bosque. Se hizo un poco largo pero paramos bastante para recuperar el aliento.

Hasta que finalmente llegamos a Tengboche, donde hay un monasterio budista, el más grande de la región de Khumbu.
Tengboche tiene una vista panorámica de las montañas del Himalaya, incluyendo el Everest, Nuptse, Lhotse, y Ama Dablam (en mi opinión la montaña más linda de la zona).
Entramos al monasterio y pudimos ver a un monje meditando. Ese lugar tiene una energía tan especial.
Como todas las Tea Houses estaban llenas en Tengboche, seguimos un poco más hasta Deboche, todo en bajada por suerte.
Estaba bastante cansada y no veía la hora de llegar.
Esa noche me quedé al lado del fuego en la sala común de la casa de té lo máximo posible, ya que las habitaciones no tienen calefacción y a 3800 metros de altura ya se sentía mucho el frío.
RECAP DÍA 4
- Recorrido: Namche Bazar a Deboche
- Tiempo: 7 horas
- Distancia: 12.60 km
- Desnivel positivo 930 metros

Día 5: Deboche a Dingboche
El día 5 fue duro. Sobretodo la segunda parte, más que nada porque me hizo mucho frío. No había sacado mi campera de invierno del fondo de mi mochila todavía así que sufrí el frío y el viento todo el tiempo.
Al principio el camino era todo llano y fácil. El paisaje cambió por completo, ya no estábamos caminando entre bosques verdes sino que el terreno se volvió rocoso y marrón. Los Himalayas seguían alzándose frente a nosotros con todo su esplendor, y los teníamos cada vez más cerca.
Paramos a almorzar a eso de las 10:30 de la mañana. Sí, esas cosas pasan durante el trekking. Pero estaba feliz de parar porque estaba cansada y no había dormido bien.
Después del almuerzo el viento se hizo cada vez más fuerte e intenso. Y se venía una subida bastante larga que sufrí bastante. El viento me mataba.
A eso de la una del mediodía finalmente llegamos a Dingboche, un pueblo a 4350 metros de altura.
Ya estábamos super alto.
Se veían un montón de helicópteros de evacuación para la gente con mal de altura. Iban y venían. Todo el tiempo. Muchísima gente no llegaba al Campo Base.
Yo hasta ese entonces me sentía bien, solo estaba bastante destruída por el trek y por el viento, pero no tenía ningún síntoma de mal de altura.
Me puse “ropa de Tea House”, y me quedé descansando en la cama un rato, aunque tampoco era muy placentero porque los cuartos estaban bastante helados.
Me iba a quedar 2 días en Dingboche para hacer un día de aclimatación. La altura ya no era joda.
Lo peor es que en la sala común no prenden el fuego hasta a eso de las cinco de la tarde, así que también te morís de frío ahí. No hay escapatoria jaja.
Saqué de mi mochila absolutamente TODA mi ropa de invierno y me puse todo.
El trek se estaba poniendo mucho más hostil. El camino era más dfícil, el terreno era rocoso, hacía muchísimo frío, vientos helados. No había electricidad, ni duchas calientes (bueno en realidad si había en Dingboche pero con el frío que hacía no me imaginaba darme una ducha). Los baños eran cada vez más feos y no tenían agua corriente.
Cada vez faltaba menos para llegar al objetivo.
Compré una tarjeta de Internet del Everest Link para poder avisar a mi familia que estaba viva. En este post con información y datos prácticos para subir al Campo Base del Everest te cuento cómo funciona internet en el Everest y los precios.
Esa noche cené pizza para darme un gustito. Necesitaba algo diferente al Dal Bat. No estaba muy rica. Hubiera preferido Dal Bat.
La sala común estaba repleta de gente y había muchísimo ruido así que me fui al cuarto a eso de las siete de la tarde. Por suerte esa noche por fin pude dormir, gracias a que me dieron una pastilla de melatonina. ¡Dormí 12 horas!
DÍA 5 RECAP
- Recorrido: Tengboche a Dingboche (4350 m)
- Tiempo: 5 horas
- Distancia: 9.32 km
- Desnivel Positivo: 644 metros

Día 6: Trekking a Nangkartshang 5083 m y regreso a Dingboche
Día de aclimatación. Nos quedamos en Dingboche pero hicimos un trekking a 5000 metros de altura que fue MATADOR.
Fue lo más difícil que había hecho hasta ese entonces.
Y pensar que había mucha gente que decía que la subida a Namche Bazar es lo más difícil de todo el trekking. ¡No les crean!
Este día fue muy desafiante para mí. Por causa de la altura tenía que parar cada cinco pasos a respirar. Y una vez más, el “sendero” era una pendiente totalmente VERTICAL.
Subí de 4300 metros a 5000 (700 metros). Sentía como si mis piernas no tuvieran suficiente fuerza y no podían hacer pasos largos. Es difícil de explicar, pero si hubiera hecho esa subida al nivel del mar, la historia hubiera sido totalmente distinta.
Demoré 5 horas en ir y volver. Iba despacio, pasito a pasito para evitar rendirme. Aunque por momentos lo pensé, no te voy a mentir.
Pero cuando levantaba la mirada del camino rocoso y veía el increíble paisaje que tenía en frente, me llenaba de fuerzas para seguir. La energía de las montañas fluía a mi alrededor.
Realmente de los paisajes más lindos que vi. Dejo algunas fotos.




Después de una larga y ardua ascensión, paso a paso, finalmente llegué a la cima.
Wow. Simplemente wow.
Tener en frente a las montañas más altas del mundo. 7000 metros, 8000 metros, 8500 metros…. no hay palabras para explicar lo que se siente estar ahí. Sobretodo después de haber superado semejante desafío de escalar a esas alturas.

La bajada fue hermosa. Generalmente prefiero subir a bajar pero acá estaba tan feliz de estar bajando.
Comí un buen plato de pasta en la Tea House, y me quedé descansando.
DÍA 6 RECAP
- Recorrido: Trekking a Nangkartshang 5,083 m y regreso a Dingboche
- Tiempo: 5 horas
- Desnivel positivo 700 metros.
Día 7: Dingboche a Lobuche
El camino de Dingboche a Lobuche es absolutamente increíble. Caminás todo el tiempo al lado de las montañas.
La primera parte fue relativamente fácil, aunque acordáte que estamos a 4500 metros de altura así que nada es realmente fácil.
Pero después del almuerzo, se puso complicado. Yo creía que ya no nos quedaban cosas complicadas antes de llegar al Everest Base Camp, que lo peor ya había pasado. Ja. Qué equivocada que estaba.
La subida a Thukla fue difícil aunque a cada paso, sentía que una fuerza que no sé de dónde salía me empujaba hacia adelante a pesar del cansancio.
Thukla es un mirador y un memorial que queda en lo alto de la montaña.
El lugar es absolutamente imponente. El memorial conmemora a todas las personas que perdieron la vida tratando de escalar el Everest.
Es realmente fuerte estar ahí y se siente una energía super especial. Irónicamente tiene unas de las vistas más lindas del trekking al Campo Base del Everest.


Después de caminar un rato más llegamos a Lobuche.
Estábamos a 5000 metros de altura.
Jamás en mi vida había estado tan alto.
Y me sentía relativamente bien.
Sí, estaba un poco agobiada. Como que no podía pensar muy claramente y no podía ser super simpática y mantener una conversación de horas. Pero estaba dentro de todo bien. No tenía ningún síntoma de mal de altura. Y estaba tan feliz por eso.
Además, por alguna extraña razón que todavía no entiendo, mi habitación estaba super calentita (le daba el sol) así que pude quedarme ahí un rato a descansar. Afuera hacía muchísimo FRÍO.
Esa noche conocí a Andrés, un hombre chileno que estaba camino al Campo Base del Everest para instalarse ahí dos meses y aclimatarse para escalar el Everest. Me encantó hablar con él y que me cuente cómo eran los preparativos para subir al Everest. Una expedición así arranca en $40.000 euros.
Cené Dal Bat para tener energía para el día siguiente. Se venía el GRAN DÍA. El día que íbamos a llegar al Campo Base del Everest.
Pero a decir verdad, para mí no se trata solo de llegar al objetivo, sino del camino en si. Cada día fue mágico con sus cosas buenas y sus cosas malas. Y todo forma parte de la experiencia. El verdadero viaje fue el camino.
RECAP DÍA 7
- Recorrido: Trekking a Lobuche (4950 m)
- Tiempo: 5 horas
- Distancia: 7.9 km
- Desnivel positivo 612 metros.
Día 8: Lobuche a Gorak Shep al Campo Base del Everest
Nos esperaba un día largo. Primero ir a Gorak Shep, la última urbanización antes de llegar al Campo Base del Everest. Y de ahí caminar 2 horas más hasta el Campamento.
Por suerte nos tocó un día de sol espectacular. Todos los días venían siendo así. Dicen que el clima en Abril no falla, pero lo cierto es que una vez que volví a Katmandú vinieron unas cuantas semanas de mal clima.
El camino a Gorak Shep si bien no fue difícil, a esa altura todo se complicaba más. Cada paso costaba diez veces más. No podía respirar por la nariz, así que respiraba por la boca. Había viento, hacía frío. Tenía mocos. Incomodidad total.
Hubo otra subida como la del día anterior, bastante matadora. Tuve que ir muy despacio parando a cada ratito a respirar y tomar aire.
El paisaje era increíble. Las montañas estaban tan pero tan cerca. Al lado. Literal.

Finalmente llegamos a Gorak Shep.
Yo estaba destruída. La subida en altura me había matado.
Tomé un té y una sopa para entrar en calor.
Descansé un ratito y a la hora partimos para el Campo Base del Everest.
Me habían dicho que el camino eran 2 horas pero que no era difícil porque era bastante plano.
Bueno dejame decirte que no es verdad. El tema es que la más mínima elevación a 5000 metros de altura se convierte en la montaña más difícil que vas a subir en tu vida. Y no estoy exagerando. Aunque sea una subida cortita, se vuelve un desafío gigante.
Así que pasito a pasito fui avanzando.
No veía la hora de llegar. En varias ocasiones quise llorar del cansancio, de estar tan exhausta. No podía creer que mi cuerpo tenía que parar tan seguido y me reprochaba a mi misma por hacerlo. Quería seguir sin tener que parar a descansar, y eso hacía que me canse más. Entonces por no querer parar a descansar terminaba más agotada y queriendo llorar. La montaña quería que aprenda a ser paciente, a respetar a mi cuerpo, a escucharme.
Dos horas después…¡llegué al Campo Base del Everest!

Wow que desafío tan grande. Quizá el más grande de mi vida.
Pero estar ahí se sintió tan pero tan bien. Cumplir el sueño que tenía desde hace tantos años, después de todo lo sufrido, después de todos los nervios, la preparación, el frío, el viento, los días sin bañarme, las noches sin dormir a causa de la altura, los días sin energía, con dolor de cuerpo y fatiga.
Todo cobró sentido cuando llegué.
Estaba tan orgullosa de mí, de mi cuerpo, de mis pulmones, de mis piernas, pero sobre todo DE MI MENTE. Porque este trekking es un juego mental. Es todo una cuestión de actitud.
Estar ahí, en el Campo Base de la montaña más alta del planeta, el Everest, fue una experiencia mágica.
Tantas películas que vi, tantos documentales. Y de repente yo era la protagonista.
Y no hay sensación más linda que se la protagonista de tu vida.

Me quedé un gran rato admirando el campamento base, las montañas, el glaciar Khumbu, la Khumbu Ice Fall que es uno de los lugares más peligrosos por los que pasan los escaladores del Everest.
Me imaginé como sería estar ahí, pasar dos meses en el campo base, dormir en esas tiendas de campañas. Dos meses más a esa altura. Con ese frío. Sin las comodidades a las que uno está tan acostumbrado.
Para mí ahí terminaba el viaje, pero para muchos ahí comenzaba su gran aventura.
En este trek aprendés a valorar las cosas más simples: el papel higiénico, el agua corriente, la electricidad, la calefacción, el calor del sol, un té calentito, respirar normal sin sentir que te estás por quedar sin aire, el simple hecho de no estar con un resfrío constante, lavarte los dientes sin morir de frío, lavarte la cara con agua caliente, poder dormir bien sin tener puesta toda tu ropa abrigada, y podría seguir nombrando un montón de cosas más…
Este trek va a quedar para siempre en mi historia.
Si estás pensando en hacerlo te lo recomiendo tanto. No lo dudes. Es medicina para el alma.

Después de estar un gran rato paseando por ahí y admirando el paisaje, emprendimos el regreso que también fue bastante difícil por el tema de la altura y mi cansancio.
Pero bueno, lo logré. Volví a Gorak Shep sana y salva.
Intenté dormir un poco para recuperarme.
A la noche me midieron la saturación de oxígeno. No sé si el oximetro andaba mal pero me daba 60. Después subió a 70. Los niveles normales son entre 90 y 100.
Cené pasta. Seguía bastante agotada. No podía hablar con nadie, no podía leer, no podía hacer nada. Simplemente estaba ahi, mirando al vacío procesando todo lo que estaba viviendo. Sentía que me explotaba la cabeza a pesar que no me dolía. No veía la hora de estar de vuelta en una altura normal. Costaba respirar.
Esa noche no dormí bien.
Me desperté varias veces respirando hondo como si me faltara el aire.
Iba a ser bueno empezar el descenso al día siguiente.
En el itinerario normal, la gente visita Kala Patthar en el día 9 desde Gorak Shep (al día siguiente de visitar el Campo Base). Eso implicaba levantarme a las 4 de la mañana y hacer un trekking de 3 horas subiendo 400 metros hasta los 5600 metros de altura para ver el amanecer en el Himalaya.
Si bien tenía muchísimas ganas de hacerlo, no le podía hacer eso a mi cuerpo.
Decidí escucharme y tener compasión de mí misma y de mi cuerpo. Era pedirme demasiado. Ya estaba bastante agotada y además satisfecha con todo lo que había vivido.
DÍA 8 RECAP
- Recorrido y distancia: Lobuche a Gorakshep (5207 m) 4.5 km y campamento base del Everest (5350 m) 7.2 km (ida y vuelta)
- Tiempo: 7 horas
- Desnivel positivo 502 metros.
Día 9: Gorak Shep a Pangboche
Tan pronto como empezamos a bajar me empecé a sentir muchísimo mejor. Como que el aire que respiraba era normal, en vez de ser tan espeso. No sé si espeso es la palabra correcta, pero eso es lo que sentía.
Al principio de la bajada había que SUBIR. Quería morir.
Por suerte no duró mucho y todo lo que siguió después de eso fue pura bajada. Qué placer.
Lo que sí, había muchísimo viento. Muchísimo. Pero no me importaba nada. Estábamos bajando.
Paramos a almorzar en Periche y seguimos camino hasta Pangboche, un pueblito por el que habíamos pasado a la ida, cerca de Deboche.
Es increíble como lo que subimos en 8 días lo bajamos en 3.
Bajamos a 3900 metros. Todo era más fácil. Todo se sentía extremadamente fácil. Respirar era fácil. Extrañaba esa sensación. Me sentía liviana. Me sentía tan pero tan bien. Podía pensar.
Cuando llegué a la Tea House me di una ducha gloriosa.
Día 10: Pangboche a Namche Bazar
Este día fue bastante llevadero. La mayor parte del camino fue la bajada que habíamos subido cuando fuimos a Tengboche, excepto por una pequeña subida que fue pan comido porque ya estábamos mucho más abajo.
Me sentía óptima. Mi cuerpo estaba volviendo a la normalidad y se sentía muy bien.
Estaba feliz de volver a la civilización.
Lo primero que hice cuando llegué a Namche Bazar fue ir al Irish pub y pedir una pizza y una cerveza. Y me hizo muy feliz.

Día 11: Namche Bazar a Lukla
Y finalmente llegó el último día de trekking. No podía creerlo. Se estaba por terminar.
No había dormido muy bien, como era costumbre durante el trekking y encima tenía un dolor de cuello tremendo.
Partimos para Lukla. Al principio fue todo bajada hasta que llegamos a Phakding, donde almorzamos y nos refugiamos de la lluvia. Justo se largó una gran tormenta, la primera lluvia que tuve en el trek.
Cuando la tormenta paró seguimos hasta Phakding, pero lo que no me acordaba es que todas las últimas 2 horas son EN SUBIDA.
Uno ya no quiere subir más cuando está en el último día del Trekking al campo base del Everest.
Sin embargo, para llegar a Lukla había que seguir subiendo. Buuuu. Mis piernas estaban cansadas. “Pero es el último esfuerzo”, pensé.
Después de un rato llegamos a Lukla.
Esa noche fue muy divertida porque en la sala común de la Tea House se armó una fiesta. Los guías pusieron música nepalí y se pusieron a bailar, y obviamente yo también me sumé. Todavía no entiendo cómo me daban las piernas para bailar, pero de alguna manera lo hice. Tomamos cerveza y festejamos que lo habíamos logrado.
Esa noche subestimé el frío que hacía. “Si estamos re abajo” pensé…y no me abrigué demasiado. Fue el día que más frío me hizo de todo el trek.
Casi no dormí.
Día 12: Lukla a Ramecchap a Katmandú
Amanecí a las 5:30 AM. Arjit, mi agente me había conseguido un vuelo directo a Katmandú, pero salía a las 10 de la mañana. Yo no sabía qué hacer porque el clima no pintaba muy lindo, estaba un poco nublado y generalmente cuando está así solo los vuelos de temprano a la mañana (6 AM O 7 AM) salen, los otros se cancelan.
A mí me daba terror tener que quedarme otra noche más en Lukla, después de que casi no había podido dormir del frío. Soñaba con volver a Katmandú.
Así que decidí no arriesgarme y cambiar el vuelo, e ir en un vuelo temprano pero que iba a Ramechhap.
Por suerte todo salió bien, el vuelo despegó y aterrizó sin problemas y desde Ramechhap me volví en Jeep a Katmandú en un eterno viaje de 5 horas caracterizado por los saltos debido a la gran cantidad de baches que hay en la “ruta”.
Llegué a Katmandú totalmente destruída.
Tenía hambre, sueño, ganas de darme una ducha caliente, estaba destemplada, resfriada, tenía toda mi ropa sucia.
Hice el check in en el hotel que me había reservado mi agencia y Arjit vino a ayudarme a buscar mi maleta del otro hotel en el que me había quedado cuando llegué a Katmandú.
Almorcé y volví a la vida. Me duché y volví más a la vida todavía.
Y ese día me dediqué a descansar y también fui a que me hagan unos muy merecidos masajes.
Había sido un viaje alucinante y tenía muchísimo que procesar en los próximos días.
Por suerte me quedaba por un par de meses más en Nepal.
Seguro de viaje para el trekking al Campo Base del Everest
Esto es absolutamente fundamental de tener si vas a hacer senderismo en el Himalaya.
Lo más importante a tener en cuenta al contratar un seguro de viaje para ir al Campo Base del Everest o para hacer cualquier otro trekking en Nepal es que cubra traslado o evacuación en Helicóptero a una altura de por lo menos 5000 metros sobre el nivel del mar, ya que el Campo Base está a 5400 m.
A partir de los 3500 metros ya se empiezan a ver un montón de helicópteros de rescate todo el día. El mal de altura es real y no es para tomarlo a la ligera. Hay que estar cubierto si o sí.
Yo contraté mi seguro con IATI Seguros. El seguro que cubre evacuación en helicóptero hasta 5400 metros de altitud se llama IATI MOCHILERO y tiene un costo bastante accesible para ser Nepal. Otras aseguradoras famosas, como World Nomads, subieron muchísimo los precios de los seguros de viaje para Nepal por la gran cantidad de evacuaciones que tienen que hacer y porque no le rinden los números.
Pero IATI tiene un precio super bueno y además con este link vas a tener un 5% de descuento en tu seguro. (Este es un link de afiliado por lo que yo me llevaría una pequeña comisión, pero es un win-win de todas maneras ya que vos también vas a tener descuento wohoo).
La aseguradora IATI me encanta porque es una empresa española, te atienden en español, tienen atención 24 horas y en mi opinión, son excelentes.
Afortunadamente yo no tuve que usar mi seguro, pero mi amiga Nati tuvo que volver en helicóptero desde Gokyo (este pueblo no está en el trek al Campo Base, sino que es una extensión del trekking, en donde luego de hacer el Campo Base del Everest, cruzás el Cho La Pass, un pase de montaña, y visitas los lagos de Gokyo.
Mi amiga tenía el seguro IATI Mochilero, y en un ratito tenía todo organizado. El helicóptero la buscó y la llevó a un hospital en Katmandú en donde le hicieron unos chequeos (estaba todo bien). IATI se hizo cargo de absolutamente todo. Ella no tuvo que pagar ni un dólar.
Algo importante a tener en cuenta es que tenés que dejar una copia de la póliza del seguro a tu agencia ya que ellos van a ser los que van a llamar al seguro.
Comprá tu seguro para el trek al Campo Base del Everest con 5% de descuento en este link.
Una aventura inolvidable
Esta fue MI experiencia de viaje al Campo Base del Everest.
Cada persona tiene un viaje diferente, cada persona reacciona a la altura diferente.
Subir al la base de la montaña más alta del mundo fue una experiencia transformadora que me demostró que somos capaces de superar cualquier obstáculo cuando nos atrevemos a desafiar nuestros propios límites.
Este trek es algo que todos deberían hacer al menos una vez en la vida.
Si estás buscando una agencia para hacer trekking en Nepal, te recomiendo Adventure Gandaki que es la que organizó mi trek. Todo fue excelente y Arjit se portó de 10.
Si tenés alguna pregunta sobre el trekking, sobre mi experiencia o sobre lo que sea, dejame tu comentario.
No te olvides de leer la Mega Guía para organizar un trekking al Campo Base del Everest.
Si te encantaría hacer el trekking pero no te animás a hacerlo sola/o, estoy organizando viajes grupales y me podés escribir a [email protected] si te interesa saber más.
¡Gracias por leer hasta acá!